lunes, 5 de diciembre de 2011

Muro


El muro está para poner a prueba cuán grande es nuestro deseo de romperlo...



lunes, 17 de octubre de 2011

jueves, 23 de junio de 2011

2110

año 2060

Sólo pastillas nutritivas y agua; el mundo que me había imaginado sin gula llegó.

año 2070

Todos tenemos los mismos recursos y oportunidades; el mundo que me había imaginado sin envidia ni avaricia llegó.

año 2080

Las máquinas automáticamente se encargan de neutralizar, por mínimo que sea, cualquier intento de violencia; el mundo que me había imaginado sin ira llegó.

año 2090

El ser humano sólo se dedica a entretenerse transitoriamente porque las máquinas se encargan de todo lo demás. Ya no tiene tareas que postergar; el mundo que me había imaginado sin pereza llegó.

año 2100

Se desconocen las causas por las que no tenemos deseos sexuales como nos contaban nuestros antepasados; el mundo que me habia imaginado sin lujuria llegó.

año 2110

Todavía me cuesta imaginar un mundo sin soberbia y no precisamente la humana.

domingo, 27 de marzo de 2011

Ockham y Papá Noel

Actualizamos los resultados:


William of Ockham 1
Papá Noel 0

William of Ockham won

martes, 22 de marzo de 2011

Algún tiempo...

en el que descubrías que era mejor poner un ladrillo arriba de dos que arriba de otro




martes, 8 de marzo de 2011

Reloj

Ella, jovencita y con una sonrisa, sueña.

Sueña una y otra vez que puede retroceder el tiempo con un reloj especial como el de Bernardo. Posiblemente el deseo de cualquier persona: volver el tiempo atrás a tu servicio; utilidad infinita.

¿Un día se despertó y a que no saben qué vio?

Una caja en su mesita de luz. Desesperada, abre la caja y se encuentra con un reloj similar al de sus sueños. No estaba cuando se acostó. Era uno de los días más felices de su vida y por ese motivo saltaba de alegría. Se quedó paralizada unos segundos pensando en todo lo que podía lograr: tener tiempo para hacer los deberes para la seño, no perder nunca su programa de tele preferido o mejor aún, volver muy atrás para ir a algún palacio y estar con las princesas de esas que aparecen en los cuentos que apenas les leen.

Tomó el reloj y se imaginó un momento anterior para ir hacia allá.

No pasó nada.

-Vamos relojito, por favor, te lo pido. ¡Retrocedé en el tiempo!

Tampoco pasó nada.

Hizo mucha fuerza; lo deseó con toda su alma.

Todo siguió normalmente.

(Se acuesta, le pega a su colchón, empieza a gritar y presiona las lágrimas entre su cara y la almohada) - ¿Quién me dejó el reloj? ¿Por qué a mí? ¿Por queeé? ¿Por queeé?

-¿Qué pasa hija? ¿No te gustó el reloj que te regalé?

-(Secándose las lágrimas y hablando como puede) Es lindo pero pensé que iba a retroceder en el tiempo si lo usaba.

-No amor (involuntariamente hace una sonrisa compasiva ante la inocencia de su hija). No se puede retroceder en el tiempo con un reloj. Ojalá se pudiera.

-¿No?

-No. Pero prometeme algo.

-¿Qué?

-Que siempre vas a aprovechar el tiempo que se te da.

-Te lo prometo mami (se abrazan).

viernes, 4 de marzo de 2011

Crisis

Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

viernes, 25 de febrero de 2011

Meaning

-Eu...¿sabés qué?

-¿Qué?
-Descubrí el sentido de la vida
-Largá lo que estás consumiendo.
-¡Es en serio!
-Entonces haceme un favor: no se lo cuentes a nadie y persuadite a vos mismo de que no hay una respuesta mejor y no sigas buscando.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Relojes biológicos

Me llama la atención un papel. Lo veo y descubro que era del 9 de febrero pero del 2009...



lunes, 7 de febrero de 2011

Turuvien

3:13 a.m.


Día 1: Te miro, compartimos un mate, saltan sonrisas por la mesa, vamos a la cama, hacemos el amor y nos quedamos hablando. ¿Qué hizo la vecina? Lo de siempre. ¿Cómo te fue hoy? Y…bien. ¿Te parece que hoy haga pasta? Dale, es 29.

Día n: Te miro, compartimos un mate, saltan sonrisas por la mesa, vamos a la cama, hacemos...

-¡Qué situación vomitiva! Esto es seguridad.

-Esto es…¿estar bien?

-Sí (no).

-¡No! (¿sí?).

-No, definitivamente no. Para mí…no. Es demasiado común.

Caminando me crucé con un grafiti impactante alrededor de unos kanjis japoneses que decía: “Acostumbrarse es morir”.

Quizás es mejor la soledad…

Pensemos hipotéticamente de otra manera.

Día n: Voy a bailar; conozco a alguien tan normal que no merece más importancia en estas líneas y llego a casa antes de que amanezca. Como es probable, la cama está sin hacer y el toallón mojado en algún lugar de la habitación. Ni siquiera hay ansias de ir a la heladera (aun habiendo un poco de fiambre que sobró de la semana). Con las últimas energías de la noche, me pongo cómodo y duermo. Fruto de una noche que apenas zafó (otra vez se recurre a la rutina) no tengo ni ganas de masturbarme, es más, desde hace unos meses me parece desagradable. A la mañana siguiente, me levanto con una sensación de malestar en la parte de atrás del cuello. Creo que implica no descanso. Es raro porque no se siente como dolor de contractura sino como una leve molestia que te hace acordar que tenés un alma. Es como si una persona que no te cae tan bien te empezara a acariciar esa zona y lo único que podés hacer para calmar un poco la sensación es cerrar tus ojos o reposar tu mano en el pecho o por ahí tratar de tocarte la planta con los dedos del pié. Voy al shopping que se encuentra repleto de gente porque se acerca una fecha merecedora de promociones. En medio de una muchedumbre estoy solo...je. Pareciera que sólo solo uno hace estas reflexiones porque sino uno estaría pendiente de otras cosas. Enumeremos:

-Esperar que ella se pruebe zapatos; solemne pero armónico.

-Buscar algo para comprarle. Un regalo pensando en ella y con el corazón; cursi pero hermoso.

-Buscar el momento oportuno para sentarte y decirle (con besos vanguardistas de otras salidas): ¿Te gustaría salir conmigo? Arriesgado, peligroso pero lo banco.

Lo banco porque soy de las personas con coraje. Pero me refiero al mismo coraje que se necesita para seguir a criaturas como Turuvien; son hermosos los unicornios pero cuando uno los persigue se escapan o algo los ahuyenta. Lo más lindo del mundo es cuando se dejan abrazar para serte fiel de por vida; según un sabio de antaño que lo experimentó, es la felicidad absoluta. Hay momentos que, aún lleno de alegría, vienen galopando ferozmente y te clavan su cuerno en el pecho hasta que terminás en el piso desparramando sangre como si fuera un cuento de Oscar Wilde. A veces el unicornio llora, a veces no. Otras veces deja que más de una persona lo monte; el sabio lo hizo de a dos porque él sostiene que es más fácil de domesticar. Sin embargo, una cosa curiosa es que nadie muere por ser embestido por un unicornio porque con el tiempo la herida sana sola, en cambio, la mente no es tan resistente.


Volviendo a la realidad, dije que tanto la convivencia rutinaria sin matices como la soledad neurótica son horribles. Sí. Digo soledad neurótica porque no están las personas que uno quiere que estén, por ende, no importa si estás en medio de una ronda de cerveza o en pleno Tokio.

¿Y por qué uno quiere que estén esas personas?

Por el significado.

Los significados van cambiando conforme las situaciones. ¿Cuántas veces uno compra chicles y tira el papel al tacho (asumiendo que es educado)? Millones de veces. Yo, también lo hago. Pero también conservo, en una caja (todo ser humano en el fondo tiene una aunque no tenga quizás forma de caja) un papel de chicle que mastiqué horas antes de mi segundo beso; para el primero era tan chico que apenas podía caminar.

Pero ojo, también cambiar de significado implica reacomodar estructuras y pensamientos, mover sentimientos. Un ejemplo de esto es una traición inesperada. No te preocupes, no todo está perdido: hay una mujer, gratuita, con la que te podés acostar (aunque seas mujer no te preocupes por el que dirán), levantar, tomar el desayuno, salir y demás cosas: se llama Esperanza. Ella te motiva y te guía para que sigas a tu Turuvien.

Y tu Turuvien está lejos, entonces te cuestionás todos los días. El paisaje (¿onírico?) va desapareciendo hasta que te encontrás con una mesa, cosas para pagar y una computadora que cada tanto te muestra en la cara que estuviste jugando a ver qué piedra rebota en el río en vez de buscar la manera de sobrevivir en la jungla. También mirás tu celular y no sorprendería encontrar más mensajes enviados que recibidos...

Dentro de los mensajes recibidos no tenés lo que querés de quien querés sino un puto mensaje mundano que te informa que las facturas de tu línea ya están disponibles online.

Para colmo tenés gente que te dice cosas como: “es obvio desde el inicio que sólo algunos pueden tener éxito” o “hubo un accidente múltiple pero no se preocupen que no perdimos la cura para el cáncer”.

Y es así, como con estas frases mueren los Turuvien ahogados en un vacío sideral.

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.

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(clink)

Un relincho me indica que Turuvien está vivo.

(¡FUOOOSHHHH!)

-Te doy otro consejo (me da un beso). Cuando perseguís algo, tené cuidado de que no te posea.

-Gracias Esperanza. ¿Cómo te puedo pagar todo lo que hacés por mí?

-Dándome un abrazo…pero que sea fuerte.

(me mira con esos ojos tan hermosos, se acomoda su pelo y la abrazo)

-(susurrándome al oído) Veo que estás más cerca de Turuvien.

- En serio…¿Cómo te puedo pagar?

-Recomendándome más personas (me guiña el ojo). Sabés la forma.

-¿Y si no resulta?

-Entonces ayudá a esas personas.

Me despierto y descubro que son las 3:14 a.m. Qué lindo es despertarse, ver algunos reflejos entre la persiana y saber que se puede dormir un poco más.

-Turuvien…

-¡Claro…ya entendí! Tengo que anotarlo en un papel.

Me quedo pensando en el sueño. Turuvien es único (abrazo mi almohada). Único como… (le sonrío al techo y me pongo en posición fetal). De costado miro mi mesita de luz y me doy cuenta de que me fui a dormir leyendo un libro de frases en el cual había marcado una de (¿Borges?) que dice: “Uno está enamorado cuando se da cuenta de que la otra persona es única.” Pero con estar enamorado no es suficiente, te tiene que dar el sí para buscar en conjunto otro Turuvien.

Yendo más adelante en el libro, veo una frase que había encuadrado y resaltado que dice: “La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”.

Cierro el libro y me voy a dormir; luego de levantarme, iré por Turuvien.