lunes, 17 de noviembre de 2008

Neon Genesis Evangelion


Evangelion es una serie de ciencia ficción creada en 1995 por Hideaki Anno. Para muchos marcó no sólo un antes y después en el animé sino en sus vidas. La serie posee una trama muy rica y compleja y fue catalogada de ser de realismo épico (corriente de la literatura y del cine que tiende a mezclar la grandeza y el carácter sobrehumano de la épica con situaciones y personajes de caracteres más humanos, tendiendo a la profundización de las motivaciones de éstos y de las circunstancias de la narración). Posee momentos cómicos y dramáticos y trata una infinidad de temas que obligan al espectador a reflexionar. La banda sonora y la animación también son muy buenas.

Acá dejo los primeros 10 minutos de la serie:






martes, 11 de noviembre de 2008

Calígula


ESCENA XIV ("Calígula" de Albert Camus)


CALÍGULA. Ah, eres tú. (Se detiene, en cierto modo como si buscara aplomo.) Hace tiempo que no te veo. (Acercándose lentamente.) ¿Qué haces? ¿Sigues escribiendo? ¿Puedes mostrarnos tus últimas obras?

EL JOVEN ESCIPIÓN (incómodo también, dividido entre el odio y no sabe qué). He escrito poemas, César.

CALÍGULA. ¿Sobre qué?

EL JOVEN ESCIPIÓN. No sé, César. Sobre la naturaleza, creo.

CALÍGULA (más cómodo). Hermoso tema. Y vasto. ¿Qué te ha hecho la naturaleza?

EL JOVEN ESCIPIÓN (recobrándose, con aire irónico y maligno). Me consuela de no ser César.

CALÍGULA. ¡Ah! ¿Y crees que podría consolarme de serlo?

EL JOVEN ESCIPIÓN (en la misma actitud). Bueno, ha curado heridas más graves.

CALÍGULA (extrañamente sencillo). ¿Heridas? Lo dices con maldad. ¿Es porque he matado a tu padre? Si supieras, sin embargo, qué justa es esa palabra. ¡Heridas! (Cambiando de tono.) No hay como el odio para que las personas se vuelvan inteligentes.

EL JOVEN ESCIPIÓN (rígido). He contestado a tu pregunta sobre la naturaleza.

CALÍGULA se sienta, mira a ESCIPIÓN, luego le toma bruscamente las manos y lo atrae a la fuerza a sus pies. Le sujeta el rostro entre las manos.

CALÍGULA. Recítame tu poema.

EL JOVEN ESCIPIÓN. Por favor, César, no.

CALÍGULA. ¿Por qué?

EL JOVEN ESCIPIÓN. No lo he traído.

CALÍGULA. ¿No lo recuerdas?

EL JOVEN ESCIPIÓN. No.

CALÍGULA. Dime por lo menos de qué trata.

EL JOVEN ESCIPIÓN (siempre rígido y como a pesar suyo). En él hablaba de cierto acuerdo...

CALÍGULA (interrumpiéndolo, en tono absorto). ...de la tierra y el pie.

EL JOVEN ESCIPIÓN (sorprendido, vacila y continúa). Sí, más o menos eso, y también de la línea de las colinas romanas y de ese sosiego fugitivo y turbador que a ellas lleva la noche...

CALÍGULA. ...Del grito de los vencejos en el cielo verde.

EL JOVEN ESCIPIÓN (abandonándose un poco más). Sí, también. Y de ese momento sutil en que el cielo aún lleno de oro, bruscamente gira y nos muestra un instante la otra faz, colmada de estrellas resplandecientes.

CALÍGULA. De ese olor a humo, árboles y agua que sube entonces de la tierra hacia la noche.

EL JOVEN ESCIPIÓN (entregado). ...El grito de las cigarras y la declinación del calor, los perros, el rodar de los últimos carros, las voces de los granjeros...

CALÍGULA. ... Y los caminos inundados de sombra entre los lentiscos y los olivares...

EL JOVEN ESCIPIÓN. Sí, sí. ¡Todo eso! ¿Pero cómo te has enterado?

CALÍGULA (estrechando contra sí al Joven Escipión). No sé. Quizá porque nos gustan las mismas verdades.

EL JOVEN ESCIPIÓN (estremecido, esconde la cabeza en el pecho de Calígula). ¡Oh, qué importa, si todo adopta en mí el rostro del amor!

CALÍGULA (siempre acariciador). Es la virtud de los grandes corazones, Escipión. ¡Si por lo menos pudiera conocer tu transparencia! Pero conozco demasiado la fuerza de mi pasión por la vida; no le bastará la naturaleza. Tú no puedes comprenderlo. Eres de otro mundo. Eres puro en el bien, así como yo soy puro en el mal.

EL JOVEN ESCIPIÓN. Puedo comprender.

CALÍGULA. No. Eso que hay en mí, ese lago de silencio, esas hierbas podridas... (Cambiando bruscamente de tono.) Tu poema ha de ser hermoso. Pero si quieres mi opinión...

EL JOVEN ESCIPIÓN (siempre estremecido). Sí.

CALÍGULA. A todo eso le falta sangre.

Escipión, como picado por una víbora, se echa bruscamente hacia atrás y mira a Calígula con horror. Sigue retrocediendo y habla con voz sorda frente a Calígula, a quien mira con intensidad.

EL JOVEN ESCIPIÓN. ¡Ah, monstruo, monstruo infecto! Otra vez has representado. Acabas de hacer una comedia, ¿eh? ¿Y estás contento contigo mismo?

CALÍGULA (con un poco de tristeza). Hay algo de verdad en lo que dices. Hice comedia.

EL JOVEN ESCIPIÓN (en el mismo tono). ¡Qué corazón hediondo y sangriento has de tener! ¡Oh, cómo deben de torturarte tanto mal y tanto odio!

CALÍGULA (suavemente). Calla, ahora.

EL JOVEN ESCIPIÓN. ¡Cómo te compadezco y cómo te odio!

CALÍGULA (colérico). Calla.

EL JOVEN ESCIPIÓN. ¡Y qué soledad inmunda ha de ser la tuya!

CALÍGULA (estallando, se arroja sobre él, lo toma del cuello y lo sacude). ¿Soledad? ¿Acaso tú conoces la soledad? La de los poetas y la de los impotentes. ¿Soledad? ¿Pero cuál? Ah, no sabes que nunca se está solo. Y que a todas partes nos acompaña el mismo peso de porvenir y pasado. Los seres que hemos matado están con nosotros. Y con ésos sería fácil. Pero los que hemos querido, los que no hemos querido y que nos quisieron, los pesares, el deseo, la amargura y la dulzura, las prostitutas y la pandilla de los dioses. (Lo suelta y retrocede hasta su sitio.) ¡Solo! ¡Ah, si por lo menos en lugar de esta soledad envenenada de presencias que es la mía, pudiera gustar la verdadera, el silencio y el temblor de un árbol! (Sentado, con súbito cansancio.) ¡La soledad! No, Escipión. La puebla un crujir de dientes y en toda ella resuenan ruidos y clamores perdidos. Y junto a las mujeres que acaricio, cuando la noche se cierra sobre nosotros y, lejos por fin de mi carne satisfecha, creo asir un poco de mí mismo entre la vida y la muerte, mi soledad entera se llena del agrio olor del placer en las axilas de la mujer que aún naufraga a mi lado.
(Parece extenuado. Largo silencio).

EL JOVEN ESCIPIÓN pasa detrás de Calígula y se acerca, vacilante. Tiende una mano hacia Calígula y la apoya en su hombro. Calígula, sin volverse, la cubre con una de las suyas.

EL JOVEN ESCIPIÓN. Todos los hombres tienen una dulzura en la vida. Eso los ayuda a continuar. A ella recurren cuando se sienten demasiado gastados.

CALÍGULA. Es cierto, Escipión.

EL JOVEN ESCIPIÓN. ¿No hay, pues, en la tuya, nada semejante? ¿La proximidad de las lágrimas? ¿Un refugio silencioso?

CALÍGULA. Sí, a pesar de todo.

EL JOVEN ESCIPIÓN. ¿Y qué es?

CALÍGULA (lentamente). El desprecio.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Metal Gear


Hoy el posteo irá dedicado a la serie Metal Gear:


Esta serie fue creada por Hideo Kojima en el año 1987. Contiene uno de los primeros videojuegos de acción en el que el espionaje y el sigilo se enfatizan por arriba de la confrontación directa con el enemigo.


Describiéndola de una manera muy resumida, la serie se basa en tomar el control de distintos soldados de élite para terminar con la amenaza de los Metal Gear y de los villanos de turno que pretenden usarlos para diferentes propósitos. Los Metal Gear son unos tanques bípedos con la capacidad de lanzar armas nucleares desde cualquier punto del planeta indetectables para cualquier radar.


Aunque la serie contiene grandes cantidades de violencia (incluso de forma gráfica), está basada de forma subyacente en el pacifismo. Esto se refleja porque la misma trata temas como la finalidad de la guerra, la estupidez de la destrucción mutua, la ética a la hora de crear tecnología, los peligros de armas nucleares, la inteligencia artificial y la ingeniería genética en general, los efectos psicológicos de la lucha militar en niños y adultos, el concepto que los enemigos son sólo enemigos en términos relativos y las motivaciones detrás de los distintos tipos de vida que la gente elige.


Para muchos es considerada una excelente obra de arte no sólo por la diversión que genera el jugarla sino también por la calidad de las escenas cinematográficas y de la banda sonora guiadas por un libreto fantástico cuidados hasta el más mínimo detalle con personajes muy expresivos en distintas circunstancias.


A continuación mostraré algunas frases (unas en español y otras en inglés) interesantes de diversos juegos de la serie que tanto a mí como a muchos otros nos gustaron.

(Recomiendo que para el que todavía no jugó a ningún juego de esta serie y quiere jugarlo, no siga leyendo ya que las frases revelan algunos detalles de la trama y el argumento)



1


Meryl Silverburgh: So... tell me Snake, what's your name? Your real name?

Solid Snake: A name means nothing on the battlefield.

Meryl Silverburgh: How old are you?

Solid Snake: Old enough to know what death looks like.


2


Otacon: Have you ever... loved someone?

Solid Snake: That's what you came to ask?

Otacon: No, I was wondering if even soldiers fall in love.

Solid Snake: What are you trying to say?

Otacon: I want to ask you. Do you think love can bloom even on a battlefield?

Solid Snake: Yeah. I do. I think at any time, any place, people can fall in love with each other. But if you love someone, you have to be able to protect them.


3


Grey Fox: Fighting was the only thing I was good at, but at least I fought for what I believe in!


4


Solid Snake: A strong man doesn't need to read the future, he makes his own.


5


Liquid Snake: Why do you continue to follow your orders while your superiors betray you? Why did you come here? Well, I tell you then…

You enjoy all the killing. That’s why.


6


Sniper Wolf: I was born on a battlefield. Raised on a battlefield. Gunfire, sirens and screams... they were my lullabies... Hunted like dogs, day after day... driven from our ragged shelters... That... was my life. Each morning, I'd wake up... and find a few more of my family or friends dead beside me. I'd stare at the morning sun... and pray to make it through the day.


7


Solid Snake: Metal Gear is in an underground maintenance base to the north.

Meryl Silverburgh: Take me too. I know this place better than you do.

Solid Snake: You'll just slow me down. You don't have enough battle experience.

Meryl Silverburgh: I won't slow you down. I promise...

Solid Snake: And what if you do?

Meryl Silverburgh: Then you can shoot me.

Solid Snake: I don't like to waste bullets.


8


Liquid Snake: Following orders blindly with no questions asked. You've lost your warrior's pride and become nothing more than a pawn, Snake.


9


Naomi Hunter: Lo importante es que elijas tu propia vida y luego vivas.


10


Solidus Snake: Jack, listen to me. We're all born with an expiration date. No one lasts forever. Life is nothing but a grace period - for turning our genetic material into the next generation. The data of life is transferred from parent to child. That's how it works. But we have no heirs, no legacy. Cloned from our father, with the ability to reproduce conveniently engineered out. What is our legacy if we cannot pass the torch? Proof of our existence - a mark of some sort. When the torch is passed on from parent to child... it extends beyond DNA; information is imparted as well. All I want is to be remembered. By other people, by history.


11


Mei Ling: No olvides guardar tus recuerdos sobre mí Snake.
Solid Snake: No puedes guardar los recuerdos... los recuerdos son frágiles, cuando los reduces a números binarios y los envías por el aire dejan de ser recuerdos.
Mei Ling: Yo no estaría tan segura de eso, no hay nada que la tecnología no pueda hacer.
Solid Snake: Si eso es como dices, trata de guardar lo que pienso ahora mismo.
Mei Ling: No puedo guardar eso, al menos tienes que ponerlo en palabras para poder hacerlo.
Solid Snake: Exacto, y es así como los recuerdos son, van más allá de las palabras. No importa cuánto avance la tecnología; para penetrar en el corazón humano primero debes comprenderlo Mei Ling.
Mei Ling: ¿Y cómo hago eso?
Solid Snake: Enamorándote...


12


The Boss: (contando acerca de su viaje al espacio) Pude ver la tierra como una unidad sin fronteras. Sin capitalismo ni comunismo.


13


Colonel: La sociedad digital fomenta los defectos humanos y selectivamente recompensa el desarrollo de convenientes verdades a medias. Sólo mira a las extrañas yuxtaposiciones de moralidad alrededor tuyo.

Rose: Billones son gastados en nuevas armas con el fin de humanamente matar otros humanos.

Colonel: A los derechos de los criminales se les da más respecto que a la privacidad de sus víctimas.

Rose: Aunque hay personas sufriendo en pobreza, enormes donaciones son hechas para proteger especies en peligro. Todos crecen habiéndosele dicho la misma cosa.

Colonel: Se bueno con otras personas.

Rose: ¡Pero destroza a la competencia!

Colonel: "Eres especial." "Cree en ti mismo y tendrás éxito."

Rose: Pero es obvio desde el inicio que sólo algunos pueden tener éxito...

Colonel: Y esta es la manera en que el mundo termina. No en un grito sino con un gemido.

Rose: ¿Algo como un "yo" existe dentro de ustedes?

Colonel: Eso que ustedes llaman "yo" sirve nada más como una máscara para cubrir su propio ser.

Rose: En esta era de "verdades" prefabricadas, el "yo" es sólo algo usado para preservar esas emociones positivas que ustedes ocasionalmente sienten...

Colonel: Otra posibilidad es que el "yo" es un concepto que ustedes convenientemente tomaron prestado bajo la lógica de que podría dotarles con algún sentido de fuerza...

Colonel: Ironico que aunque el "yo" es algo que ustedes pusieron de moda, cada vez que algo sale mal, ustedes se voltean a su alrededor y le echan la culpa a algo más.

Rose: No es mi culpa. No es tu culpa.

Colonel: Al negarlo, ustedes simplemente recurren a buscar otra más conveniente "verdad" con el fin de hacerse sentir mejor.

Rose: ...dejando atrás en un instante la tan llamada "verdad" que ustedes alguna vez abrazaron.

Colonel: Raiden, hay también otras razones de tu selección.

Solidus crio a muchos otros niños soldados. ¿Sabes porque te elegimos por sobre ellos?

Fue porque eras el único que se negaba a tener conocimiento del pasado.

Todos los demás recuerdan lo que ellos fueron, y pagan por ello a diario.

Rose: Pero tú le diste tu espalda a todo lo que no te gusta.

Hiciste lo que querías, viste solo las cosas que querías, y por ti mismo solo. ¡Evitar la verdad bajo el disfraz de "amabilidad" es todo lo que hiciste!


14


The Boss: Sólo porque los soldados están en el mismo bando ahora no significa que siempre lo estarán. Las políticas determinan a quien enfrentas en el campo de batalla. Un soldado es una herramienta política, nada más.
Solid Snake: Hago lo que sea que tenga que hacer para cumplir el trabajo. No pienso en políticas.
The Boss: Hay un dicho en el Oriente: "Lealtad a los ideales".
Solid Snake: ¿Siendo... patriota?
The Boss: Siendo devoto a ti mismo por tu país.
Solid Snake: Sigo las órdenes del Presidente y la patria. Estoy listo para morir por ellos si es necesario.
The Boss: Las personas no son quienes dictan las misiones.
Solid Snake: ¿Entonces quien lo hace?
The Boss: Los tiempos.
Los valores de las personas cambian con el tiempo. Y así los lideres de un país. Los enemigos con los que peleamos son solo enemigos en términos relativos. Constantemente cambiando con el pasar de los tiempos. El bien de ayer, puede ser el mal del mañana. Siempre y cuando tengamos "Lealtad a los ideales", no tiene caso creer en todo... incluso en aquellos que amamos. Lo único en lo que podemos creer con absoluta certeza... Es en la misión.


martes, 4 de noviembre de 2008

Ying Yang

El complemento de los opuestos




"En el ser centramos nuestro interés, pero del no-ser depende su utilidad"


Laozi (老子) en su libro "Tao Te Ching" Cap. 11 (las traducciones varían mucho)

martes, 21 de octubre de 2008

Fractales

“Una noche clara, Amphos levantó la vista al cielo y, a partir de las pautas de las estrellas, trató de construir las figuras de aquellos héroes y heroínas que formaban las constelaciones en el cielo. Para su humilde ojo de artista, los parecidos de aquellas formas eran muy pobres. Él mismo podría haber dispuesto las estrellas de una forma más convincente. ¿Por qué los dioses no han dispuestos las estrellas de una forma más adecuada?, se preguntaba. Tal como estaban, las disposiciones se parecían más a granos diseminados, sembrados al azar por un granjero, que a un diseño deliberado de un dios. Entonces le asaltó una extraña idea: No busques razones en las pautas concretas de las estrellas, o en otras disposiciones desordenadas de objetos; busca en su lugar un orden universal más profundo en el comportamiento de los objetos.

Amphos razonaba que, después de todo, no encontramos orden en las figuras que forman semillas dispersas cuando caen al suelo, sino en la forma milagrosa en que cada una de ellas puede desarrollarse hasta formar una planta viva, con una soberbia estructura, y cada una de ellas similar en los detalles a las demás.”

Fragmento del prólogo de “El camino a la realidad” de Roger Penrose

Dentro del caos natural del universo es interesante destacar que se pueden encontrar distintos patrones que de alguna manera modelan, otorgando una estética única, la estructura y el comportamiento de sistemas dinámicos como las galaxias, las plantas, el clima, las cordilleras, las redes neuronales, el sistema circulatorio, determinadas piezas musicales e inclusive fenómenos sociales.

Es importante pensar en otro tipo de geometría no euclidiana para este tipo de estudios ya que es sabido que un sol no es una esfera perfecta, un relámpago no va en línea recta y una montaña no es un cono. Es acá donde aparecen los fractales:

Sin entrar en formalismos teóricos aburridos, los fractales son objetos matemáticos compuestos de partes atómicas que reflejan un todo. El término fue propuesto por un matemático llamado Benoit Mandelbrot. Una inmensidad de fractales distintos se pueden observar en la naturaleza. Tienen la característica de tener detalle desde cualquier escala desde la que se lo observe. También son autosimilares (el todo es igual a cualquiera de sus partes). Esta autosimilitud puede ser exacta o no dando lugar a un abanico azaroso más grande y, por ende, más fiel a la realidad.

Muchos fractales pueden ser definidos mediante una función recurrente sencilla así como también varios sistemas naturales se componen de elementos asociados a patrones de organización simples. Al tener dicha función, sólo basta con pasarle infinitos parámetros posibles y, finalmente, el fractal se irá modelando. La carácterística más destacable de un fractal es la belleza cuando se forman cosas complejas interesantes mediante reglas simples.

Ejemplos de fractales que tienen patrones claramente visibles:


Fractal de Koch



Triángulo de Sierpinski



Fractal de Julia


Acá se observan dos fractales en la naturaleza:



Redes neuronales



Helecho

sábado, 31 de mayo de 2008

Fotos Digitales


Christophe Huet


Blutsbrüder Design


Taylor James


Sven Prim


Platinum FMD



Platinum FMD

martes, 27 de mayo de 2008

El Ruiseñor Y La Rosa


-Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja -se lamentaba el joven estudiante-, pero no hay una sola rosa roja en todo mi jardín.

Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado.

-¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! -gritaba el estudiante.

Y sus bellos ojos se llenaron de llanto.

-¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja.

-He aquí, por fin, el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente.

-El príncipe da un baile mañana por la noche -murmuraba el joven estudiante-, y mi amada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará ningún caso. No se fijará en mí para nada y se destrozará mi corazón.

-He aquí el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso: es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.

-Los músicos estarán en su estrado -decía el joven estudiante-. Tocarán sus instrumentos de cuerda y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que su pie no tocará el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la rodearán solícitos; pero conmigo no bailará, porque no tengo rosas rojas que darle.

Y dejándose caer en el césped, se cubría la cara con las manos y lloraba.

-¿Por qué llora? -preguntó la lagartija verde, correteando cerca de él, con la cola levantada.

-Si, ¿por qué? -decía una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.

-Eso digo yo, ¿por qué? -murmuró una margarita a su vecina, con una vocecilla tenue.

-Llora por una rosa roja.

-¿Por una rosa roja? ¡Qué tontería!

Y la lagartija, que era algo cínica, se echo a reír con todas sus ganas.

Pero el ruiseñor, que comprendía el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina, reflexionando sobre el misterio del amor.

De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo.

Pasó por el bosque como una sombra, y como una sombra atravesó el jardín.

En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verle, voló hacia él y se posó sobre una ramita.

-Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces.

Pero el rosal meneó la cabeza.

-Mis rosas son blancas -contestó-, blancas como la espuma del mar, más blancas que la nieve de la montaña. Ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol y quizá el te dé lo que quieres.

Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía entorno del viejo reloj de sol.

-Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces.

Pero el rosal meneó la cabeza.

-Mis rosas son amarillas -respondió-, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un tronco de árbol, más amarillas que el narciso que florece en los prados antes de que llegue el segador con la hoz. Ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante, y quizá el te dé lo que quieres.

Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante.

-Dame una rosa roja -le gritó-, y te cantaré mis canciones más dulces.

Pero el arbusto meneó la cabeza.

-Mis rosas son rojas -respondió-, tan rojas como las patas de las palomas, más rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no tendré más rosas este año.

-No necesito más que una rosa roja -gritó el ruiseñor-, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo la consiga?

-Hay un medio -respondió el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.

-Dímelo -contestó el ruiseñor-. No soy miedoso.

-Si necesitas una rosa roja -dijo el rosal -, tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla con sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te atravesarán el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía.

-La muerte es un buen precio por una rosa roja -replicó el ruiseñor-, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?

Entonces desplegó sus alas obscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra y como una sombra cruzó el bosque.

El joven estudiante permanecía tendido sobre el césped allí donde el ruiseñor lo dejó y las lágrimas no se habían secado aún en sus bellos ojos.

-Sé feliz -le gritó el ruiseñor-, sé feliz; tendrás tu rosa roja. La crearé con notas de música al claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido, en cambio, es que seas un verdadero enamorado, porque el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta sea sabia; más fuerte que el poder, por fuerte que éste lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su hálito es como el incienso.

El estudiante levantó los ojos del césped y prestó atención; pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues sólo sabía las cosas que están escritas en los libros.

Pero la encina lo comprendió y se puso triste, porque amaba mucho al ruiseñor que había construido su nido en sus ramas.

-Cántame la última canción -murmuró-. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas!

Entonces el ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que ríe en una fuente argentina.

Al terminar la canción, el estudiante se levantó, sacando al mismo tiempo su cuaderno de notas y su lápiz.

"El ruiseñor -se decía paseándose por la alameda-, el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero siente? Me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas: puro estilo, exento de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y en el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede negarse que su garganta tiene notas bellísimas. ¿Que lástima que todo eso no tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin práctico!"

Y volviendo a su habitación, se acostó sobre su jergoncillo y se puso a pensar en su adorada.

Al poco rato se quedó dormido.

Y cuando la luna brillaba en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra las espinas.

Y toda la noche cantó con el pecho apoyado sobre las espinas, y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando toda la noche.

Cantó durante toda la noche, y las espinas penetraron cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía de su pecho.

Al principio cantó el nacimiento del amor en el corazón de un joven y de una muchacha, y sobre la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo, canción tras canción.

Primero era pálida como la bruma que flota sobre el río, pálida como los pies de la mañana y argentada como las alas de la aurora.

La rosa que florecía sobre la rama más alta del rosal parecía la sombra de una rosa en un espejo de plata, la sombra de la rosa en un lago.

Pero el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas.

-Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.

Entonces el ruiseñor se apretó más contra las espinas y su canto fluyó más sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen.

Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida.

Pero las espinas no habían llegado aún al corazón del ruiseñor; por eso el corazón de la rosa seguía blanco: porque sólo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una rosa.

Y el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas.

-Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.

Entonces el ruiseñor se apretó aún más contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón y él sintió en su interior un cruel tormento de dolor.

Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimado por la muerte, el amor que no termina en la tumba.

Y la rosa maravillosa enrojeció como las rosas de Bengala. Purpúreo era el color de los pétalos y purpúreo como un rubí era su corazón.

Pero la voz del ruiseñor desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos.

Su canto se fue debilitando cada vez más. Sintió que algo se le ahogaba en la garganta.

Entonces su canto tuvo un último destello. La blanca luna le oyó y olvidándose de la aurora se detuvo en el cielo.

La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío del alba.

El eco le condujo hacia su caverna purpúrea de las colinas, despertando de sus sueños a los rebaños dormidos.

El canto flotó entre los cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar.

-Mira, mira -gritó el rosal-, ya está terminada la rosa.

Pero el ruiseñor no respondió; yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado de espinas.

A medio día el estudiante abrió su ventana y miró hacia afuera.

-¡Qué extraña buena suerte! -exclamó-. ¡He aquí una rosa roja! No he visto rosa semejante en toda vida. Es tan bella que estoy seguro de que debe tener en latín un nombre muy enrevesado.

E inclinándose, la cogió.

Inmediatamente se puso el sombrero y corrió a casa del profesor, llevando en su mano la rosa.

La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con un perrito echado a sus pies.

-Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja -le dijo el estudiante-. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos, ella te dirá cuanto te quiero.

Pero la joven frunció las cejas.

-Temo que esta rosa no armonice bien con mi vestido -respondió-. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.

-¡Oh, qué ingrata eres! -dijo el estudiante lleno de cólera.

Y tiró la rosa al arroyo.

Un pesado carro la aplastó.

-¡Ingrato! -dijo la joven-. Te diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿qué eres? Un simple estudiante. ¡Bah! No creo que puedas tener nunca hebillas de plata en los zapatos como las del sobrino del chambelán.

Y levantándose de su silla, se metió en su casa.

"¡Qué tontería es el amor! -se decía el estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada práctico, y como en nuestra época todo estriba en ser práctico, voy a volver a la filosofía y al estudio de la metafísica."

Y dicho esto, el estudiante, una vez en su habitación, abrió un gran libro polvoriento y se puso a leer.

Oscar Wilde