martes, 9 de marzo de 2010

Azul

Y me encanta el azul: UN tipo de azul. Uno de los tantos colores de nuestro espectro que saltan como sapitos por nuestras retinas. Pero para que exista ese azul que nombro, tiene que haber un contraste oscuro. Por ejemplo los árboles negros como los de este blog son magníficos para que esta sensación se recree. Si a esto le agregamos luces urbanas artificiales, nos cruzamos con un paisaje azul hermoso pero irónicamente cálido porque te abraza, te envuelve, te contiene, te mima, te entiende y luego de unos minutos te deja salir suavemente. Es como si estuvieras en ese pequeño intervalo durante un río de besos en el que aprovechás un instante para apartar el pelo de la otra persona mientras dirige levemente los ojos entrecerrados hacia tu nariz y realiza esa pequeña mueca con la boca que ninguna combinación de letras podría representar. Y sin pensar en todo esto y nublado por la emoción, contemplo relajado la escena y la misma me susurra: “Nos veremos mañana o quizá dentro de un par de años o quizá en otra vida si es que te acordás de este momento mágico”. Me deja ansioso y excitado con la inseguridad de no saber cómo o cuándo volverá este azul. Esos minutos consumados de la comunión con el cielo hacen que mi espíritu se agrande gracias a un color tan simple pero casi único e irrepetible. Si a todo eso lo anclo con un buen momento, entro en un éxtasis tal que muy rara vez se repite en la vida.

2 comentarios:

Gonzalo Rodriguez dijo...

Apa las papas! Muy lindo! Creo que no tenía relacionada este tipo de escritura con tu persona. Sorpresa grata. Un abrazo! Te veo el Jueves.

FLORCIT@ dijo...

a veces uno solo mira el color, pero no ve lo que hay en el... y parece que puede haber mucho...