lunes, 29 de marzo de 2010
Amor/Enamoramiento
viernes, 19 de marzo de 2010
Mosaico
¿Qué mentiras son verdades?
¿Qué verdades son mentiras?
Yo creo en la locura llamada “ahora”
No me digas que no hay esperanza
¿Te acordás cuando las pequeñas cosas te hacían feliz?
Te hice una promesa
Olvidemos este orgullo
No hay razones para llorar
Todavía soy joven para permitirle al amor romperme el corazón
¿Lo harías conmigo?
Esta noche vale todo. Es ahora o nunca
Me gusta la manera en la que te movés
Por favor, traeme mi vino
Verás la luz
Vos sos más que el amor
lunes, 15 de marzo de 2010
La Hoja de Lechuga
Caminando apaciblemente por la costanera, me dí cuenta de que esa fracción de verdura que me obsequió representaba mucho más.
Me acordé de las incontables ensaladas mixtas acompañadas con milanesas fritas que mi abuelita me hacía. Un día, antes de comer ese manjar cotidiano, tuve la necesidad de interrogar: "Lelo, ¿qué pasa cuando hacés 5+6?" Y a partir de esa pregunta, aprendí a sumar con más de una cifra. Pareciera que las cosas no se olvidan. El tema es que cuando uno las guarda en sitios lejanos le cuesta acceder a ellas.
Con este objeto, me vino a la mente una tarde en la primaria en la que me enseñaron la diferencia entre "lettuce" y "luggage". Aparte, en aquel día, me llamó la atención de cómo un haz de luz atravesó la ventana e iluminó mi libro. Con ese sol hermoso disfruté mi recreo.
También me acordé (porque el hacerlo con la lechuga me daba una sensación muy parecida) de cómo jugaba en un sillón con una amiga a acariciarnos suavemente con nuestras uñas por todo el cuerpo. Lamentablemente ese sillón está cercano a expirar.
Por otra parte, me puse muy contento al saber que, en gran parte, bajé 22 kilos gracias a hojas como esa y pensar que en otros momentos la desprecié por estar oscura a causa del frío.
Además rememoré una noche en París en la que fui a la casa de una joven francesa. Todo me parecía raro: desde ingresar una clave para que suene su portero eléctrico hasta saludarla con dos besos en la mejilla. Con su acento encantador y sus ojos claros me dijo que me había preparado pasta. Me dirigí a su cocina para ayudarla y me dijo con una sonrisa casi infantil: es muy común comer lechuga antes de la comida. Acá se suele hacer mucho. Luego de esa noche, nunca más tuve noticias de ella.
Finalmente, y regresando al presente, mirando fijo a las ondas del agua del río, corté la lechuga en dos y dejé sus partes en una mesa.
Para otros...es y será una simple hoja.
domingo, 14 de marzo de 2010
Seguridad Ontológica
Lunes, Miércoles y Viernes.
Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Llegué a destino.
Lunes, Miércoles y Viernes.
Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Llegué a destino.
Lunes, Miércoles y Viernes.
Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Un paso. Otro paso. Llegué a destino.
…
…
Y así es como el recreo de tercer grado se transforma en una hilera de piezas de dominó...
¿Ganar confianza?
¿Reducir la complejidad?
¿Controlar una angustia que nos erosiona todos los días?
viernes, 12 de marzo de 2010
Heurística Amorosa
Ella dio su espalda al eterno abanico de posibilidades; decidió abrazarme...
jueves, 11 de marzo de 2010
Matemática en lo cotidiano
miércoles, 10 de marzo de 2010
martes, 9 de marzo de 2010
Azul
Y me encanta el azul: UN tipo de azul. Uno de los tantos colores de nuestro espectro que saltan como sapitos por nuestras retinas. Pero para que exista ese azul que nombro, tiene que haber un contraste oscuro. Por ejemplo los árboles negros como los de este blog son magníficos para que esta sensación se recree. Si a esto le agregamos luces urbanas artificiales, nos cruzamos con un paisaje azul hermoso pero irónicamente cálido porque te abraza, te envuelve, te contiene, te mima, te entiende y luego de unos minutos te deja salir suavemente. Es como si estuvieras en ese pequeño intervalo durante un río de besos en el que aprovechás un instante para apartar el pelo de la otra persona mientras dirige levemente los ojos entrecerrados hacia tu nariz y realiza esa pequeña mueca con la boca que ninguna combinación de letras podría representar. Y sin pensar en todo esto y nublado por la emoción, contemplo relajado la escena y la misma me susurra: “Nos veremos mañana o quizá dentro de un par de años o quizá en otra vida si es que te acordás de este momento mágico”. Me deja ansioso y excitado con la inseguridad de no saber cómo o cuándo volverá este azul. Esos minutos consumados de la comunión con el cielo hacen que mi espíritu se agrande gracias a un color tan simple pero casi único e irrepetible. Si a todo eso lo anclo con un buen momento, entro en un éxtasis tal que muy rara vez se repite en la vida.
lunes, 8 de marzo de 2010
Sobre el número Ñ
martes, 2 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
Soliloquio y autoduplicación de conciencia
Como: -Cómo como?
Como: -Cómo?
Como: -CÓMO COMO?
Como: -Como como como. Como...como Como.