
Justo como el aire es la atmósfera del cuerpo, así el tiempo es la atmósfera de la mente. Si el tiempo en el que vivimos consiste en días y meses desiguales regulados por minutos y horas mecanizadas, en eso es que se convierte nuestra mente: una irregularidad mecanizada. Quien es dueño de tu tiempo, es dueño de tu mente. Sé dueño de tu tiempo y conocerás tu propia mente.